Dios siempre cumple sus promesas.
Dios envió un ángel primeramente a María y luego a José para anunciar la promesa del nacimiento de su Hijo.
Usted puede imaginar las preguntas que deben haber pasado por la cabeza de ellos: “¿Cómo puede ser esto?” “¿Por qué nosotros?” “¿Qué dirá la gente?”
Pero el mensajero de Dios disipó sus dudas diciéndoles que no tuvieran miedo y prometiéndoles que el bebé de María sería el Hijo de Dios.
La Escritura nos dice que José y María creyeron la promesa del ángel, confiando en la voluntad de Dios para sus vidas.
Nosotros podemos inculcar la misma confianza en los niños. Una forma de hacerlo es ayudando a los chicos a descubrir la fidelidad de Dios a su Palabra.
Las muchas promesas encontradas a lo largo de la Biblia son para que las recibamos, las creamos y las gocemos; ¡son nuestras!
A veces quizá haya un período de espera antes del cumplimiento de una promesa, tal como María esperó el nacimiento de Jesús.
Pero Dios es siempre fiel, y siempre cumple sus promesas. Utilice esta lección para animar a sus niños a confiar plenamente en Dios y en sus promesas.